Los seres humanos no están preparados para cruzar zonas horarias, sin padecer algún tipo de desequilibrio orgánico, así después de un vuelo internacional, lleva días para que el cuerpo supere la fatiga y las náuseas del conocido “jet lag”, este es el precio biológico de hacer negocios en el mundo moderno.
Eso es porque todos los órganos se rigen por su reloj biológico interno y pesar de que el cerebro trata de sincronizar todos los relojes a diario, algunos son...
más persistentes acerca de cómo restablecerse que otros para la adaptación a una nueva zona horaria, según un nuevo estudio de los ratones privados de sueño, que tienen relojes internos similares a los nuestros.
más persistentes acerca de cómo restablecerse que otros para la adaptación a una nueva zona horaria, según un nuevo estudio de los ratones privados de sueño, que tienen relojes internos similares a los nuestros.
El cerebro de un viajero transcontinental puede adaptarse a estar en París el día después del vuelo, sin embargo, el páncreas puede continuar marcando la distancia con la hora de Nueva York, mientras que sus riñones aun siguen en algún lugar sobre el Océano Atlántico.
Los genes son los engranajes que hacen funcionar nuestros relojes internos y todos nuestros órganos poseen los mismos diez genes que regulan la producción de moléculas que marcan la hora con un ritmo regular.
Pero aunque el hígado, la piel, el cerebro y la parte del mecanismo de relojería genética tienen su propio reloj independiente de los demás.
Así en animales de laboratorio se comprobó que en aquellos privados de sueño, algunos de estos relojes moleculares se adaptaron más rápidamente que otros, por ejemplo los que están en el páncreas, que regula la producción de energía en el cuerpo, se resistieron al cambio de días más largos que los riñones, por ejemplo.
Cuando los relojes moleculares de los diferentes órganos están significativamente fuera de sincronía, las funciones corporales que requieren la comunicación química puede ser interrumpida, explicando así el fenómeno del Jet Lag.
Por ahora, la mejor cura para el jet lag es aún lenta: un día de descanso por cada zona horaria cruzada.
